Introducción
Mindful Eating. Los patrones de comportamiento alimentario son hábitos profundamente arraigados que dictan nuestra relación con la comida. Estos patrones se sustentan en creencias y hábitos que hemos desarrollado a lo largo de nuestra vida, muchas veces sin darnos cuenta. Pueden estar influenciados por factores culturales, emocionales y psicológicos, y aunque en algún momento pudieron habernos proporcionado beneficios a corto plazo, a menudo tienen consecuencias negativas a largo plazo.
¿Qué tienen en común todas estas conductas? Pues que son patrones rígidos, es decir, que no sabemos o no podemos hacerlos de manera diferente una vez consolidada esta conducta. Y esto ocurre porque en algún momento nuestro cerebro aprendió que seguir ese patrón nos proporcionaba algún tipo de beneficio a corto plazo.
El problema es que la mayoría de estos patrones rígidos tienen consecuencias perjudiciales y no nos ayudan a cuidarnos a largo plazo. Nos quedamos atrapados en ellos, sufriendo y culpándonos por no poder cambiarlos.
Esto nos sirve para comprender que no es una cuestión meramente de fuerza de voluntad, ni es cuestión de culpa, es simplemente cómo funciona el cerebro. Sin embargo, también quiero que sepas que se puede salir de esos patrones automáticos, creando nuevos patrones que respondan a nuestras necesidades y resulten más adaptativos. Algunos de los diferentes patrones de alimentación son: el hedónico, el restrictivo y el emocional.
Diferentes Patrones de Alimentación
- Patrón Hedónico
Este patrón se caracteriza por comer principalmente por placer. Las personas que siguen este patrón buscan alimentos que les proporcionen una gratificación inmediata, como dulces, comida rápida y otros alimentos altamente palatables. El problema es que estos alimentos suelen ser altos en calorías, azúcares y grasas, lo que puede llevar a problemas de salud a largo plazo.
- Patrón Restrictivo
Las personas con un patrón alimentario restrictivo tienden a limitar severamente su ingesta de alimentos, ya sea en cantidad o en variedad. Este tipo de alimentación puede estar motivado por el deseo de perder peso o de mantener un control riguroso sobre el cuerpo. Sin embargo, esta restricción puede conducir a deficiencias nutricionales, trastornos alimentarios y una relación poco saludable con la comida.
- Patrón Emocional
El comer emocional implica recurrir a la comida como una forma de lidiar con emociones negativas como el estrés, la tristeza, la ansiedad o el aburrimiento. Aunque puede proporcionar un alivio temporal, a largo plazo, este patrón puede contribuir a problemas de salud mental y física, como la obesidad y los trastornos del estado de ánimo.
En general, todas hemos actuado bajo alguno de estos patrones u otros diferentes en algún momento de nuestras vidas, y esto no representa ningún problema en sí mismo. El problema surge cuando uno de estos patrones domina tus decisiones y comienza a generarte malestar. Es en ese momento cuando el patrón se convierte en un obstáculo para tu bienestar.
Cómo Funciona Nuestro Cerebro
Nuestro cerebro está diseñado para buscar recompensas y evitar el dolor. Cuando seguimos un patrón alimentario rígido, nuestro cerebro ha aprendido que este comportamiento nos proporciona algún tipo de beneficio a corto plazo, como placer o alivio del estrés. Sin embargo, estos patrones automáticos y rígidos pueden ser difíciles de cambiar sin una intervención consciente y deliberada.
La Práctica del Mindful Eating
El mindful eating, o comer con atención plena, es una práctica que nos ayuda a romper estos patrones automáticos. Consiste en estar presente y consciente en el momento de comer, prestando atención a las señales internas de hambre y saciedad, así como a los pensamientos y emociones que acompañan la experiencia de comer.
Beneficios del Mindful Eating
- Mayor Conciencia: Nos ayuda a ser más conscientes de nuestras elecciones alimentarias y de cómo nos afectan física y emocionalmente.
- Mejor adecuación de las porciones: Al estar más atentos a nuestras señales de saciedad, es menos probable que comamos en exceso.
- Mayor disfrute: Al saborear cada bocado, disfrutamos más de la comida, lo que puede reducir la necesidad de buscar alimentos altamente palatables.
- Reducción del comer emocional: Al reconocer y dar espacio a nuestras emociones, en lugar de recurrir a la comida para manejarlas y taparlas.
Ordenar la Alimentación
Además del mindful eating, organizar nuestra alimentación también puede ser de gran ayuda para romper patrones rígidos. El orden es amigo del hábito y las rutinas, y establecer una estructura en nuestra alimentación puede tener efectos muy positivos en nuestro bienestar general. Esto incluye: planificar las comidas; comer a horas regulares y crear un ambiente saludable, entre otros.
¿Por Qué las Rutinas Son Buenas para Nuestro Cerebro?
Nuestro cerebro se beneficia enormemente de las rutinas y el orden. Estos hábitos estructurados proporcionan previsibilidad y seguridad, lo que puede reducir el estrés y la ansiedad. Aquí hay algunos mecanismos por los que las rutinas son beneficiosas:
- Reducción del estrés: Las rutinas crean una sensación de orden y estabilidad, disminuyendo la incertidumbre y el estrés.
- Mejora del rendimiento cognitivo: La predictibilidad permite al cerebro funcionar de manera más eficiente, liberando recursos para otras tareas cognitivas.
- Facilita el aprendizaje y la memoria: Los hábitos y rutinas refuerzan las conexiones neuronales, facilitando la adquisición y retención de nueva información.
Conclusión
Romper patrones alimentarios rígidos y automáticos es posible con la práctica consciente y el apoyo adecuado. El mindful eating y una alimentación organizada son herramientas poderosas que pueden ayudarnos a tomar decisiones más saludables y a mejorar nuestra relación con la comida. Recuerda, tienes el poder de cambiar tus patrones y cuidar de tu salud a largo plazo. ¡Tú bienestar lo agradecerá!